Tratamientos estéticos para hombres

En los últimos años, el aumento del interés masculino por la medicina y cirugía estéticas ha sido cada vez mayor, incrementando la preocupación por los cuidados del aspecto físico y por mantenerse joven y saludable.

Más allá de los cuidados de belleza rutinarios, como la hidratación de la piel o la exfoliación cutánea, la cirugía y medicina estética ya empiezan a ocupar un lugar importante a la hora de mejorar el aspecto físico de los hombres.

Como en el caso de la mujer, el paciente masculino decide realizarse un tratamiento u otro en función de la edad y de sus necesidades, aunque se incorporan, de manera habitual, a partir de los treinta y cinco años, momento en el que empiezan a solicitar tratamientos antienvejecimiento, con finalidades preventivas o para eliminar manchas y otras imperfecciones de la piel.

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    Y, pese a que el género masculino tiene un porcentaje menor de grasa subcutánea, generando un problema mayor de flacidez facial con arrugas más marcadas en algunas zonas de la cara, no es hasta los cuarenta años cuando comienza la preocupación por los signos evidentes de envejecimiento, sobre todo faciales.

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    Medicina estética para hombres en Zaragoza

    Los retoques estéticos en los hombres son cada vez más frecuentes y, a la hora de realizarlos, debe seguirse una serie de claves específicas de la medicina estética masculina indispensables para que los hombres no pierdan ni un ápice de su virilidad y evitar así la feminización del rostro, muchas veces producto de tratamientos mal realizados.

    Frente

    La frente del hombre debe mantener marcados el reborde orbitario y las líneas temporales.

    Cejas

    No se debe afinar, arquear ni levantar las cejas de los hombres con botox. El retoque estético debe realizarse para que queden gruesas, bajas y planas.

    Nariz

    Para que el resultado del retoque estético sea óptimo, hay que tener en cuenta que la nariz del hombre suele tener la punta más marcada y algo más baja que la de la mujer, con las fosas nasales un poco más abiertas.

    Mejillas

    Para tratarlas, siempre hay que hacerlo evitando que se proyecte más allá de la mandíbula, para que no dé lugar a un desequilibrio facial.

    Boca

    En el hombre se ha de buscar que la boca mantenga la proporción con la nariz y el mentón.

    Mentón

    Debe mantener las características propias del hombre: más ancho, de forma cuadrada, con base plana y mucho más proyectado.

    Mandíbula

    Los hombres tienen el ángulo más cerrado que la mujer. Por ello, a la hora de tratar su mandíbula, hay que tener en cuenta que es más cuadrada y más ancha. El retoque de esta zona facial del hombre nunca debería transformar estos rasgos.