¿Qué es y en qué consiste el Peeling Facial?
El término peeling, tal y como nos sugiere este anglicismo, significa descamación o exfoliación y consiste en la utilización de sustancias químicas sobre la piel para renovar sus capas y, de esta manera, eliminar imperfecciones y favorecer un color uniforme.
El peeling consigue una corrección de las arrugas finas, medias o profundas, una piel rejuvenecida y bien hidratada, además de tratar el acné (activo, leve o moderado) y sus secuelas, el fotoenvejecimiento, el envejecimiento cutáneo, la flacidez, la piel fina y rugosa, la piel grasa, las manchas cutáneas, las queratosis actínicas, etc.
Para ello, se utilizan diferentes ácidos (glicólico, salicílico, mandélico, resorcina, tricloracético, fenol, etc.) en función de los resultados que se busquen, del tipo de piel, del estado cutáneo, de la edad y del historial clínico.
Tratamiento de Peeling Facial
Es aconsejable dejar de utilizar cremas que contengan ácido retinoico u otros irritantes al menos 3 días antes del peeling facial.
Previo al tratamiento, se debe realizar un desengrasado y limpieza profunda de la piel. Tras ello, se aplicará la cantidad necesaria del ácido indicado y se dejará actuar durante el tiempo preciso, notando una sensación de picor o quemazón y enrojecimiento. Transcurrido el tiempo necesario, se neutralizará el ácido y la sensación de picor irá desapareciendo, a la vez que se aplica una mascarilla hidratante.
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Beneficios del tratamiento de Peeling Facial de la Dra. Mery Lamah
Entre las técnicas destinadas a mejorar el aspecto de la piel dañada o fotoenvejecida, el peeling facial supone una de las mejores alternativas, gracias a su grado mínimo de invasión, la rapidez de la recuperación de la dermis y los buenos resultados que ofrece: